Una posibilidad remece al peronismo nacional y cambia el panorama de ese movimiento para lo que viene. La probable candidatura de Cristina Fernández a presidenta del partido repercutió en la dirigencia de todo el país. En la antesala de las elecciones de medio término, encendió tanta esperanza como alarmas. Los afines a la ex vicepresidenta, que tratan de sobrevivir políticamente en el contexto de un oficialismo hostil, ven en esta chance una señal de que el movimiento podría reordenarse tras el desastre de 2023. Los detractores, que responsabilizan al kirchnerismo y sus modos de la derrota electoral y el repudio social, consideran que sólo traerá más ruido a una estructura que está golpeada y que no logra rearmarse.

La figura de la ex vicepresidenta sobrevuela al justicialismo como un fantasma inclusive desde antes del final del Gobierno anterior. Enigmática, muchos interpretan sus acciones y palabras, pero pocos conocen con certeza sus intenciones. Los justicialistas que ocupan espacios de poder pretenden despegarse del kirchnerismo y reniegan de ella, pero a la vez saben que sigue teniendo peso, que conserva su capacidad de liderazgo y que mantiene la adhesión del núcleo más duro de su electorado. De hecho, es principalmente la opositora con la que elige pelear el presidente, Javier Milei, y no ha surgido por el momento otro referente que la reemplace. Si bien la figura del bonaerense Axel Kicillof se proyecta hacia el futuro, no se termina de distanciar ni de reconciliar con su origen cristinista.

¿Puede el peronismo en crisis prescindir de ella? Es la gran pregunta que se plantean por estas horas miembros de distintas vertientes justicialistas.

La cuestión tiene un sabor especial en Tucumán, donde el gobernador Osvaldo Jaldo tendrá su propia estrategia partidaria para el año que viene. La idea de que Juan Manzur pueda tener un espacio en la nueva conducción cristinista entusiasma a los no jaldistas.

En Tucumán

La noticia no pasó inadvertida para el gobernador Osvaldo Jaldo, que conduce el movimiento local. El mandatario mira de reojo lo que sucede con el PJ nacional, aunque tiene sus propios planes para 2025 y en su entorno afirman que los mantendrá sin alteraciones. Jaldo se plantó como el primer dialoguista con la Casa Rosada y esto genera reproches de sectores del peronismo local y nacional. De hecho, hay dirigentes provinciales de alto rango muy incómodos en relación a la postura que asumió Jaldo con el gobierno de Milei. De todas maneras, el mandatario provincial viene remarcando en todos los mítines que es una cuestión de conveniencia y que no deben dudar de su identidad peronista.

¿A quién apoyará en el plano nacional? No está definido. Como viene manifestando a sus cercanos, no se acercará de ninguna manera al kirchnerismo, pero tampoco le convencería Quintela, a quien tambien considera ”k”. Sí consideraría que Fernández sería una postulante más sólida y temperamental.

La presencia de Cristina inquieta en estas tierras, sobre todo con la mirada puesta al año que viene. En la Casa de Gobierno no dudan que, de convertirse en presidenta del PJ, intentará tener lugares en la lista de candidatos para el Congreso. Y en el jaldismo dicen que detrás de Cristina podría estar eventualmente Manzur.

Jaldo tiene su propio plan para el partido local. Decidió blindarlo y provincializar el proceso electoral en el que se votará para elegir a cuatro diputados. Es consciente, sostienen en sus alrededores, de que desde el PJ nacional podrían intentar intervenir el partido o entorpecer sus acciones, pero tendría también medidas pensadas para sortear esas dificultades.

Jaldo estaría convencido de que habrá internas en el peronismo tucumano. Ya menciona ante su entorno que el partido formará un frente, pero que será provincial y no una réplica de lo que haga el movimiento nacional porque no está dispuesto a seguir las decisiones del kirchnerismo ni de ramificaciones.

Entre sus cercanos, Jaldo asegura que a los candidatos los elegirá él. Las dos bancas que pone en juego el oficialismo están dentro de su bloque Independencia (Agustín Fernández y Elia Fernández). Sin diálogo con Manzur, descarta que pueda acercarle nombres.

Algunos segmentos del peronismo no jaldista rechazan su cercanía con Milei y se preparan para competir. Y mucho más si Cristina y Manzur entran en juego. Afirman que Jaldo armará un partido “a la cordobesa”: especulan con que se llevará los dirigentes y que quedará la estructura. En ese caso, afirman que las internas del PJ local se dirimirían en las generales. En el jaldismo descartan dejar el partido.

Mientras, Jaldo sigue motorizando el justicialismo local. Prepara un acto grande para el 17, Día de la Lealtad, que podría desarrollarse en Bella Vista. Con el traje de conductor, en esa ocasión tiene previsto convocar a todos los sectores y pregonar la unidad del peronismo como una necesidad, aunque haya diferentes pensamientos adentro. La clave de su discurso será que abrirá el juego para las internas.

La proyección de Manzur

¿Y Juan Manzur? El senador y presidente del PJ tucumano tenía intenciones de posicionarse para la contienda por la presidencia y poder liderar la reconstrucción del justicialismo. Si bien no estaría en la cabeza, podría integrar la próxima conducción. El ex mandatario viene hablando con todos los sectores del PJ, sobre todo con los gobernadores. Manzur se enteró en Tucumán, en donde estaba por cuestiones familiares, de la irrupción de Cristina en el escenario. Él estaba abocado, junto a otros senadores, al armado de una opción encabezada por uno de sus compañeros de bloque, el sanjuanino Sergio Uñac. Esta alternativa habría quedado ahora desactivada porque la mayoría de los senadores tendría definido apoyar a Fernández si es que se presenta.

En las cercanías de Manzur dan por sentado que formará parte de la lista de Cristina, en una de las vicepresidencias, y que estará en la mesa chica de la organización. Manzur tenía pendientes reuniones con ella, pero no se concretaron por cuestiones de agenda. Las conversaciones podrían concretarse esta semana. Hay dirigentes tucumanos no jaldistas que ya se relamen por estas nuevas condiciones que se presentarán para ellos.

Dos semanas para la rosca

El “operativo clamor” que encabezaron dirigentes del riñón de la ex presidenta repercutió principalmente en la provincia de Buenos Aires, por la interna entre La Cámpora y el kicillofismo, pero también en el resto de los distritos. Sucede que sin un líder nacional que los ordene, aglutine y baje línea, los mandatarios provinciales del peronismo habían venido tomando decisiones propias y ya hacían planes independientes para el 2025 electoral, como el caso de Jaldo.

Fuentes afines al kirchnerismo consideran que hay altas chances de que Cristina sea efectivamente candidata. La rosca, en ese caso, será la protagonista en estos 14 días que quedan para la presentación de los candidatos que participarán en la elección de renovación de autoridades del 17 de noviembre.

El único que venía anotado en esa carrera era el gobernador riojano Ricardo Quintela, que recorrió una docena de distritos, incluido Tucumán, y logró el apoyo de Kicillof. En las distintas provincias fue recibido por sectores de la dirigencia, pero también sintió el vacío. En el caso de nuestra provincia, por ejemplo, no fue recibido ni por el gobernador ni por el vice Miguel Acevedo.

“El Gitano” ratificó que no se bajará y que competirá contra quien tenga que hacerlo. No rechaza, sin embargo, la posibilidad de una alianza. Y es que lógicamente tiene dos opciones en este escenario: o se baja y conforman una lista de unidad o confrontan.

En el PJ saben que lo más probable es que negocie estar en la nómina y termine declinando y apoyando a Cristina.

En los alrededores del riojano, sin embargo, la actitud del cristinismo en todo este proceso molestó. Desde hacía semanas que él intentaba, sin resultados, un encuentro con la ex vicepresidenta. Lo dijo, inclusive, en su paso por Tucumán en los estudios de LG PLAY. En el quintelismo dicen que el objetivo no era sólo lograr su aval, sino evitar que lo vetara o que lanzara otro postulante. Quintela se enteró de la novedad y tuvo que responder a la prensa estando en Neuquén, tierras de Oscar Parrilli. Hasta allí habría llegado con su gira federal con la intención de poder dialogar con el senador mano derecha de Cristina. Mantuvieron charlas, pero ya con la posibilidad de la nueva postulante.

¿Por qué ella decidiría ser candidata? La ex presidenta viene expresando que no es conveniente que un mandatario provincial asuma la responsabilidad de capitanear el PJ, cuando depende de la Nación en materia de recursos. Además, no avizora que el PJ se esté ordenando ni mucho menos, unificando. Hay, claro, otras lecturas más prácticas: que desde el partido podría tener injerencia en el armado de las listas para el Congreso, como en los viejos tiempos. Hay parte del peronismo que afirma que ella podría querer ocupar ese lugar de poder para plantarse ante otro eventual revés judicial: interpretan que no es lo mismo que condenen o apresen a una ex presidenta que a la presidenta del principal partido de la oposición.

En el kicillofismo considerarían que la mejor opción sería que ella se postule. El bonaerense viene expresando a sus seguidores que la pelea que quiere dar es por la presidencia en 2027. Respaldó a Quintela para dejar en claro, afirman, que no le interesa desgastarse en esta disputa.

Una posibilidad llamada Cristina remece al peronismo nacional y cambia el panorama para lo que viene. Las dos semanas que siguen serán determinantes para el movimiento, para Jaldo y Manzur y el futuro del justicialismo.